...o por qué tu producto debe ser fácil de usar
¡Hola!
¿Alguna vez te has preguntado qué hace que un sitio web o una aplicación convierta mejor que otra y por qué a la gente no le importa pasarse horas y horas haciendo scrolling sin parar? Los factores en sí son numerosos, pero si tenemos que dar una respuesta rápida, breve y bastante acertada esta sería diseño UX. Es posible que esto de “UX” no te suene de nada si no eres diseñador o no te has rodeado de personas del mundillo, así que aquí va: diseño de experiencia de usuario.
Sí, es esta disciplina que, a través de estudios, análisis de comportamiento, teorías varias, y un largo etcétera, se centra en que tú, como usuario, experimentes de la mejor forma posible un producto determinado. Y no, no estamos hablando solo de productos digitales. Es aplicable a CUALQUIER producto. Desde la lata de refresco que te tomas al servicio que te puede prestar un entrenador personal (por poner un ejemplo).
Y como te comentaba, un buen diseño de experiencia (que seguiremos llamando UX en adelante) pasa por una fase de vital importancia:
✨Las pruebas de usabilidad✨
La importancia de la usabilidad
Imagínate esto: has pasado horas y horas creando un sitio web impresionante. Lo tienes todo: una marca elegante, un diseño vibrante, animaciones asombrosas… pero hay un pequeño problema. Tus usuarios simplemente se pierden. No pueden usarlo. No consiguen sus objetivos al visitarlo y abandonan.
¡Ahí es donde entra la usabilidad en escena!
La usabilidad trata de hacer que los productos funcionen, ya sean páginas web de venta o una puerta giratoria. ¿Ves por dónde voy?
En su libro No me hagas pensar, Steve Krug explica que si algo es usable, significa que:
Si te interesa el tema, te animo a que leas su libro. Es un básico para la usabilidad.
Ahora que hemos definido la usabilidad y estamos en la misma página cuando digo que es CRUCIAL para tu producto, aplicación o sitio web, nos surge la pregunta: ¿Qué es lo que hay que tener en cuenta si queremos un producto fácil de usar?
Cómo mejorar la usabilidad
Para empezar, es crucial contar con un diseño centrado en el usuario. Esto significa poner a tus clientes y usuarios en el centro de todo el proceso de diseño. Hazte algunas preguntas como:
- ¿Qué necesitan?
- ¿Qué les resulta fácil de entender y utilizar?
- ¿Qué les frustra?
Después viene la usabilidad en sí misma. Se trata de hacer que tu producto sea fácil y agradable. Pregúntate:
- ¿Hace algo que el usuario necesita hacer?
- ¿Puede el usuario imaginarse cómo usarlo?
- ¿Hace esto en un tiempo razonable y con un esfuerzo mínimo?
Solo con estas pocas preguntas ya puedes encontrar soluciones básicas que hagan que tu producto tenga mejor puntuación de usabilidad: desde botones fáciles de encontrar y presionar, a menús intuitivos y navegación fluida. Todo esto contribuye a una experiencia de usuario satisfactoria.
El diseño como punto de partida
Estoy segura de que a estas alturas ya no te caben dudas de que tienes que poner especial atención a la usabilidad de tu producto si quieres que tus usuarios y clientes se sientan cómodos utilizándolo. Al fin y al cabo, lo que hacemos, es por y para ellos, ¿verdad? Con lo que me gustaría que te quedaras es que todo esto empieza por un buen diseño.
A veces pensamos que el usuario “ya se las apañará” para conseguir su objetivo, pero no es así. Tenemos que ponernos en su piel y procurar navegar a través del producto como su nunca antes lo hubiéramos visto. Hacernos más y más preguntas. ¿Cuál es el objetivo de mi usuario? ¿Qué conocimientos tiene? ¿Qué dificultades puede experimentar para llegar a su objetivo?
Ya lo decía Steve Krug en su libro: “A veces basta con utilizar el sentido común“. Desde luego que sí, pero es más complicado de lo que parece, precisamente por el factor subjetivo a la hora de diseñar. Así que para mejorar la usabilidad, ten en cuenta que esta empieza desde el diseño y una buena planificación puede no solo evitarte problemas, sino también ayudarte a convertir cuanto antes.
Cuanto menos piensen tus usuarios en cómo usar tu producto, mejor será la experiencia
Así que aquí está la magia: cuando priorizas la usabilidad en el diseño de tus productos, estás creando una experiencia que no solo es más agradable para tus usuarios, sino más efectiva. Los usuarios felices son usuarios leales, que vuelven, que recomiendan tu productos y en última instancia, contribuyen al éxito de tu negocio.
Recuerda: hazlo fácil para tus usuarios y ellos te lo agradecerán con creces.
¡Hasta la próxima!